El agua, desde la fundación de Buenos Aires, hasta la actualidad del AMBA



Los primeros pasos del uso del agua en la zona de Buenos Aires


En las primeras etapas del hombre cuando habitó estas tierras, obtenía el agua directamente desde las fuentes superficiales o construía aljibes para la recolección del agua de lluvia. Las ciudades sólo podían crecer al costado de una fuente de agua y este líquido tan preciado se consumía sin modificación alguna directamente de donde se obtuvo.

Recién en 1821 el Poder Ejecutivo propicia la gestión de un empréstito para la construcción del Puerto y en el año 1822 se dicta una ley para promover la colonización, fundándose dos pueblos y la instalación de las aguas corrientes en la ciudad de Buenos Aires.

Asimismo, en la Ciudad de Córdoba en el año 1792 se habilitó un sistema mediante grifos públicos, el cual, constituye el primer antecedente de una medida de gobierno tendiente a dotar a una de las ciudades del Virreinato del Río de la Plata de servicios sanitarios, a través de la instalación de redes y conexiones.

En el caso de Buenos Aires, la propuesta gubernamental no fue cumplida, a pesar de contarse con los fondos a través de un empréstito desde 1824. Es el primer antecedente de una obra destinada al saneamiento que no fue realizada.

Muchas enfermedades cuyo vector es el agua golpearon a los habitantes de la época. Como por ejemplo parasitosis, problemas gastrointestinales, el cólera, la fiebre amarilla e infecciones virales como la hepatitis, etc. Todos estos problemas de salud hacían estragos en estas poblaciones.

Pero sólo hasta la aparición de una epidemia acaecida en 1867 que diezmó la población, se definió la urgente realización de una infraestructura olvidada: la del saneamiento.

Es así como, en el año 1869 se comienza con el saneamiento urbano en nuestro país mediante la habilitación de los primeros servicios de abastecimiento de agua potable y desagües en Buenos Aires y luego se llevaron en la primera década del siglo XX los mismos servicios a las capitales de provincias y a la mayor parte de las ciudades urbanas del interior del país.

Con la epidemia de fiebre amarilla ocurrida en Buenos Aires durante la presidencia de Sarmiento, en el año 1871, se calcula que entre 14 y 25 mil habitantes de Buenos Aires sucumbieron, el número de muertos por día llegó a superar las 500 personas, y motivó la construcción del Cementerio del Oeste o de la Chacarita.

Las causas y la naturaleza de esta epidemia no se conocieron a tiempo. Recién 10 años después el Dr. Carlos Finlay presentó la hipótesis que relacionaba a la fiebre amarilla con el mosquito y este con el agua.

Como resultado político y social de la epidemia de fiebre amarilla, el 4 de agosto de 1871 la Municipalidad de Buenos Aires inició los estudios para dotar a la ciudad de una red de desagües, alcantarillas, y aumentar el control de la salubridad. Entre las medidas tomadas estuvo el que se taparan los aljibes en esta zona.

En 1880 fueron prohibidos y se sustituyó la provisión de agua con otras tecnologías. El comienzo de la operación de los servicios se efectuó mediante la concesión a una empresa privada, la "Buenos Aires WaterSupply" quien, a raíz de las condiciones imperantes en el país con motivo de la crisis económica nacional acaecida en el año 1890, obtuvo en el año 1891 la rescisión contractual.

Es entonces, cuando la Nación asume la responsabilidad del saneamiento urbano en el año 1892. En el año 1909 se elaboró el primer plan nacional de saneamiento y en 1912 se crea para su implementación un organismo denominado "Obras Sanitarias de la Nación". Este tuvo la responsabilidad de la prestación de los servicios de agua y alcantarillado de las principales ciudades, mientras que las poblaciones más pequeñas estaban a cargo de las provincias, municipios, cooperativas locales o en algunos casos empresas privadas.

La construcción de redes para la obtención de agua potable no fue homogénea y depende de la zona en cuestión. Una de las formas de obtener agua, que es un recurso fundamental para la vida, en los lugares donde no llegaban los servicios de Obras Sanitarias fue extraer directamente a través de bombas manuales y/o motores eléctricos directamente de ríos subterráneos.

Hoy provee de agua potable y saneamiento la empresa llamada AySA, quien reemplazó por la privatización a Aguas Sanitarias de la Nación y, aún no todos los hogares poseen esos servicios.

La situación sanitaria en la Ciudad de Buenos Aires contrasta con el conurbano. Por ejemplo, en Longchamps y Glew, dos ciudades del partido de Almirante Brown, actualmente, siguen existiendo personas que acarrean agua, varios barrios que acceden mediante canillas comunitarias, complejos habitacionales desvinculados a la red pública de agua y saneamiento con autogestión de esos servicios y con tanque comunitario, como UPCN (Glew), VIPLASTIC (Longchamps), Barrio Ferroviario (Longchamps), Los Altos (Glew), VITUN 1, 4A y 4B (Longchamps), VIPERMU (también llamado Barrio Municipal de Longchamps) y, sectores de viviendas caracterizados por la autogestión individual, siendo cada familia quien se administre como obtener el agua con bomba y tanque propio. Cabe destacar que gran parte de la población de las ciudades nombradas compra agua en bidones para beber a las empresas proveedoras de agua y soda.

En sectores próximos a la estación del tren de Longchamps, donde hay manzanas con viviendas que podrían vincularse a la red pública de agua, hace unos años hicieron el zanjeo, pero aún no tienen el servicio de AySA.

En el año 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

Para ilustrar lo antes expresado, sin agua se vulnera el derecho a la vida y a la salud, como ejemplo se puede citar que, a finales del siglo pasado, en la década de los 90' Argentina vivió el cólera y en el 2009 la gripe A, en el 2020 el COVID. En todas esas ocasiones se pidió a la población que extreme las medidas de higiene, pero, ni en esos años y tampoco en el 2023 el acceso al agua potable es para todos.


María Alicia Andechaga


Información tomada de:




Todos necesitamos agua, la usamos a diario y no podemos vivir sin el acceso a la misma. Pero, no en todos los lugares llega de la misma forma el agua a una casa.



Acceder al agua directamente de un río o arroyo (Foto: eurofontanilla.es)




Agua acarreada, por ejemplo, llenar un bidón con agua potable que sale de una canilla comunitaria cercana a su casa (Foto: Santiago Cichero/AFV)





Acceder al agua mediante un tanque comunitario desvinculado de la red pública, Barrio VITUN 1 de Longchamps,

(Foto del grupo de WhatsApp de vecinos del barrio, 2022)




Casa con tanque y bomba propia

(foto: ragscorp.com)



(fotos: Mercado Libre)

Modelos de bomba

Bomba manual conectada a napas superficiales (izquierda) Bombeador eléctrico, conectado a la perforación del agua (derecha)





Acceso al agua mediante una empresa de agua y saneamiento, conectada a la red de AySA. (foto: AySA)





Aljibe de agua (Foto: Pinterest-Josefina Basualdo)






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